Las inversiones transitan una importante evolución desde el paradigma de las finanzas tradicionales, las cuales ignoraban los criterios sociales, ambientales y de gobierno, hacia una sustentabilidad económica responsable. Además de conseguir rentabilidad para sus inversionistas, buscan oportunidades para destinar dinero a propuestas de alto impacto ambiental y social.
En este sentido, cada vez son más los inversores que eligen los activos de su portafolio pensando en empresas solventes, bien gestionadas y que generen beneficios estables. Asimismo, que les permitan proteger su capital de la inflación, como también en la actividad que desarrollan y los beneficios sostenibles que aportan al planeta y a la sociedad.
Y es que, según datos del Deutsche Bank, en 2020 el 50% de los activos del mundo de las inversiones, es decir, un promedio de 40 billones de dólares, estaba dirigido a inversión ASG.
Con esto en mente, en Clever, hemos redactado este artículo para que analicemos juntos qué es la sustentabilidad económica, cuáles son sus pilares, cuál es su importancia en las inversiones y los 6 puntos claves para apostar por ellas.
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La sustentabilidad económica es un amplio conjunto de principios, prácticas comerciales y toma de decisiones que buscan el crecimiento económico a largo plazo, garantizando el respeto por el bienestar social y por el medio ambiente.
En este sentido, la sustentabilidad económica aborda el problema de la huella de carbono de las siguientes maneras:
Es decir, detrás de la sustentabilidad económica existe un principio unificador que se fundamenta en rechazar los procesos derrochadores a corto plazo, para garantizar el bienestar del planeta a largo plazo.
Como hemos mencionado en segmentos anteriores, la sustentabilidad económica no se relaciona solo con el cuidado y preservación del ambiente, sino también con el entorno económico y social. Así, uno de sus objetivos es mejorar la calidad de vida de las personas y garantizar el bienestar del planeta.
Aprendamos un poco más sobre estos tres pilares:
Este pilar trata sobre la creación de procesos que mejoren la calidad de vida de las personas, con políticas para mejorar áreas fundamentales como salud, ocio, educación o seguridad; leyes que beneficien el desarrollo de la sociedad; y apoyen las necesidades de las personas.
En el ámbito empresarial hace hincapié en la importancia de generar un entorno de trabajo que fomente relaciones laborales, saludables y legítimas que favorezcan el desarrollo colectivo y personal de todos los involucrados.
Se basa en la búsqueda de diferentes estrategias para disminuir el daño causado al ambiente a lo largo de los años, preservar el planeta, cuidar los recursos naturales; y el uso de energía renovable.
Basadas en este pilar, las empresas buscan formas de realizar sus operaciones causando el menor impacto posible al planeta.
Este pilar hace referencia a la producción, distribución y consumo de servicios y bienes. Tiene como objetivo aumentar el bienestar social por medio de un consumo responsable, a través de un sistema financiero de empresas ecológicas.
En este sentido, las empresas con sustentabilidad económica son aquellas que no se benefician de la explotación criminal o irresponsable del medio ambiente, ni de la explotación laboral. Es decir, satisfacen las necesidades actuales sin comprometer las futuras, garantizando el uso racional de los recursos naturales y el respeto hacia las personas.
Para que exista sostenibilidad es indispensable que los tres pilares interactúen entre sí, de forma totalmente armoniosa.
Los fondos sostenibles son instrumentos financieros que invierten en proyectos sociales y medioambientales.
Tanto a nivel global como dentro del contexto chileno existen organizaciones, regulaciones, fondos e iniciativas para los diferentes perfiles de inversionistas, que buscan promover y fomentar el desarrollo sostenible del mercado de valores y la inversión sostenible.
Y es que el esfuerzo que en muchas ocasiones hacen las empresas por obtener mejores estándares de gestión, implican también un aumento en la rentabilidad y contribuye a que sectores importantes para nuestro entorno, como el de las energías verdes, crezcan y se fortalezcan.
En este sentido, el auge de las inversiones en esta área conlleva un impulso enorme para las energías renovables, que son una pieza indispensable para la sostenibilidad y la preservación del ambiente.
Por otra parte, las inversiones verdes suponen un elevado grado de transparencia y control que les otorga, además de la ganancia económica, un beneficio social que incrementa su calidad y valor.
Adicionalmente, este tipo de inversiones generan otros beneficios como equidad, lucha contra el cambio climático, integración, inclusión de género, innovación en instrumentos financieros en el área de la sostenibilidad; y contribuyen a la conformación de redes de diálogo entre empresas y regiones.
Las inversiones sostenibles son una contribución muy importante para la transición hacia la innovación, una economía de cero emisiones, la reducción de la huella de carbono y un elevado nivel de seguridad energética.
Es decir, son un paso adelante en la transformación de la economía global hacia un sistema más ecológico y resistente, que permita alcanzar las metas fijadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para construir un futuro sostenible.
A continuación puntualizamos algunos de los beneficios de las inversiones sostenibles:
¡Con estos datos llegamos al final!
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