La rentabilidad es un concepto muy importante tanto en el campo de las inversiones como en el área empresarial, pues es un indicador del comportamiento de una inversión y de la capacidad de una compañía para crecer y aumentar su capital.
En otras palabras, la rentabilidad permite evaluar si la inversión que estás considerando realizar tendrá un impacto negativo o positivo en el largo plazo. Es decir, es un aspecto determinante a la hora de decidir poner tu plata en determinado activo, ya que representa el beneficio que obtendrás al poner a trabajar tu dinero.
No importa si inviertes en tus 20, 30, 40, 50 o más, conocer la rentabilidad te ayudará a valorar si las ganancias que percibirás con determinada inversión son suficientemente atractivas en comparación con el riesgo.
Cuando invertimos, todos buscamos lo mismo: rentabilidad. Sin embargo, ¿conoces a ciencia cierta qué es? En este artículo te vamos a explicar en qué consiste, por qué es importante conocerla, qué tipos existen y cómo se calcula.
¿Listo? ¡Comencemos!
Es una medida financiera que representa los beneficios o ganancias que se derivan de determinada inversión. Es decir, es el principal indicador de análisis para determinar el comportamiento de un activo.
Se debe comparar la rentabilidad entre diferentes tipos de inversiones y, así, decidir cuál es la que más te interesa de las opciones disponibles, en especial cuando no estás seguro de invertir.
Esta medida puede expresarse de dos formas: en términos absolutos (cantidad de dinero que obtendremos) o en términos relativos (porcentaje con relación en la inversión inicial).
Veámoslo mejor con un ejemplo:
Imagina que haces una inversión inicial de 200.000 pesos que puede darte una rentabilidad de 8% (términos relativos) o de 16.000 pesos (términos absolutos).
En términos relativos, puedes obtener rentabilidad de tres formas:
La importancia de conocer la rentabilidad de una inversión es que nos permite comparar diferentes activos para evaluar y tomar decisiones sobre las inversiones.
Sin embargo, la rentabilidad no es un concepto que podamos manejar de forma aislada en las inversiones, junto a ella es necesario que tomemos en cuenta otros aspectos, como el riesgo y la liquidez, para evitar pérdidas de corto plazo.
Analicémoslo con un ejemplo:
Supongamos que compras un bono por un valor nominal de 2.000 pesos que paga 40 pesos al año. La rentabilidad de este bono es de 2%.
Imagina ahora que compras un departamento por 50.000.000 pesos y obtienes una renta por alquiler de 7.200.200 pesos al año, la rentabilidad de la inversión es de 14,4%.
En este ejemplo podemos ver que la rentabilidad de la inversión inmobiliaria es mucho mayor a la del bono y lógicamente, a simple vista, parece más interesante. Sin embargo, no es tan simple, ya que las inversiones más rentables suelen ser también las de mayor riesgo y menor liquidez, en caso de que queramos revertirla.
La rentabilidad nos ayuda a comparar los retornos entre inversiones, pero esta métrica es especialmente útil cuando lo hacemos entre inversiones del mismo sector, punto geográfico o divisa, para poder exigir la rentabilidad adecuada según los activos.
Si bien la rentabilidad financiera y económica son las más conocidas, existen otros tipos que veremos a continuación.
Se expresa en porcentajes y representa la pérdida o ganancia de valor de un activo durante un tiempo determinado, por lo general un año.
Hace referencia a la ganancia obtenida por una inversión desde su adquisición. Por ejemplo, lo que se ha generado por siete años, si la compramos hace siete años.
Es el resultado de dividir la rentabilidad acumulada, entre el número de años que se ha mantenido la inversión.
Supongamos que invertiste 2.000 pesos en fondos mutuos, durante el primer año, el fondo perdió 10%; en el segundo año, ganó 15% y en el tercer año ganó 20%.
La rentabilidad media se calcula de la siguiente manera: -10% + 15% + 20% / 3 = 25%
Indica el beneficio neto que obtienen los accionistas de una empresa sobre el capital invertido.
Si, por ejemplo, los fondos propios de una empresa X ascienden a 100.000.000 de pesos y obtienen una ganancia de 20.000.000 de pesos, su rentabilidad financiera será de 20%.
Es la ganancia que arroja una inversión o una empresa, antes de amortizaciones de capital, impuestos, comisiones, etc.
Imagina, por ejemplo, que tienes una tienda de juguetes y vendiste 60 muñecas y 40 autos para Navidad, obteniendo un ingreso de 600.000 pesos y tú compraste esos juguetes por 300.000 pesos.
Rentabilidad bruta = 600.000 – 300.000 = 300.000 pesos.
¿Quieres que la calculemos en porcentajes? ¡No hay problema!
Rentabilidad bruta porcentual = 300.000/600.000 x 100 = 50%
¡Una excelente cifra! ¿Cierto?
Es el resultado de descontar a la utilidad bruta los costos fijos y variables.
Continuemos con el ejemplo anterior.
Con la venta de juguetes para Navidad, obtuviste una rentabilidad bruta de 300.000 pesos, pero te queda por descontar los gastos fijos y variables.
Imagina que además de los 300.000 pesos que pagaste por los juguetes, tienes que pagar el alquiler del local, servicios, impuestos y empleados. Puedes llegar a 400.000 pesos.
El cálculo de la rentabilidad neta quedará de la siguiente manera.
Rentabilidad neta = 300.000 – 400.000 = -100.000 pesos.
¡Tal parece que estás perdiendo dinero!
En términos generales, con algunas pequeñas posibles variaciones en los cálculos de los diferentes tipos, la rentabilidad se calcula con una sencilla ecuación matemática.
(Valor actual del activo – valor inicial del activo) / Valor inicial del activo x 100
Te lo explicamos mejor con un ejemplo:
Imagina que hiciste una inversión de 10.000 pesos y obtuviste una ganancia de 600 pesos.
(10.600 pesos – 10.000 pesos) / 10.000 pesos x 100 = 6%
La rentabilidad de esta inversión es de 6%.
Y con esto, ¡llegamos al final!
Si te gustó este artículo y deseas poner a trabajar tu plata para alcanzar tus metas financieras, te invitamos a conocer más sobre las inversiones en fondos mutuos y entrar en contacto con Clever.