Una historia Clever sobre por qué es bueno mantener firme tu inversión aún en época de pérdidas

A finales de los noventa, Clementina y Clemencio eran bastante ñoños: les gustaba la tecnología, la cultura pop y seguían las tendencias financieras que leían por aquí y por allá. Su bien más preciado era su Super Nintendo y ambos tenían una polera estampada de Jurassic Park II, que se estrenó en 1997. 

Un día cualquiera, Clementina le mostró una noticia a Clemencio. Era sobre el Nasdaq, un índice bursátil que estaba despegando como avión en Estados Unidos. Y Clemencio, embalado como siempre y esclavo de sus emociones, dijo: “Oye Clementina, ésta es la nuestra, invirtamos”.

El Nasdaq-100 agrupa a las cien compañías tecnológicas más importantes, y a fines de los noventa eran “grito y plata” todas las empresas que lanzaban su propio sitio web para ventas y software. La dupla se las rebuscó y consiguió meter buena parte de sus ahorros en un instrumento financiero que siguiera ese índice, además de comprar (casi de manera simbólica) una acción cada uno en una desconocida empresa para Chile, que tenía por nombre Amazon. 

Puf, qué te cuento que la inversión subió como la espuma. “¡La hicimos!”, decían. Lo que no sabían, era que de manera soterrada estaba por estallar una de las crisis importantes en Wall Street: la burbuja dotcom (o puntocom, si se quiere).

Las expectativas de la época llevaron a los inversionistas y empresas a tirar la casa por la ventana entre 1997 y 2001. Empresa que lanzaba su sitio web, significaba millones y millones de dólares en campañas publicitarias e inyección de capital en sus áreas digitales. Todos creían que era la jugada maestra, pero pocos pensaron que la penetración de internet era aún baja en la población y que apenas 3 de cada 10 hogares tenía computador en Estados Unidos. La internet era el futuro, pero no el presente. 

Y obvio, la burbuja reventó. Cientos de empresas quebraron, algunas fueron disueltas y las grandes de la industria sufrieron un golpe tremendo. El Nasdaq cayó casi un 75%, mientras que la acción de Amazon, que Clementina y Clemencio compraron en poco más de US$5 y llegó a estar a más de US$100, bajó a los US$30. 

Clemencio se quería morir y optó por retirar su inversión. Clementina lo pensó un poco más: vender todo era asumir la derrota y en su cabeza pensaba que de alguna forma el internet iba a esparcirse a todas partes rápido, así que se mantuvo. 

Esta historia muestra lo importante que es ser firme con tu meta al invertir. Clemencio se quedó con los 25 dólares que ganó de la acción en Amazon, pero Clementina, 20 años después, tenía en su poder una acción que pasó de los 5 dólares, a más de 3 mil (algo así como 2.100.000 pesos chilenos). Y su plata que seguía al índice del Nasdaq, aún después de experimentar su peor crisis, se multiplicó por cuatro en relación a ese peak absurdo en plena burbuja.

Este ejemplo, sinceramente, es irse al chancho para explicar el riesgo, porque aquí Clemencio y Clementina apostaron por dos instrumentos específicos. Por contraparte, los fondos mutuos, la base de Clever, tratan de diversificar al máximo la cartera de inversiones de las personas, lo que las protege mejor si cierta industria se pega un porrazo estrepitoso como en la crisis “dotcom”.

Pero recuerda: hasta las peores crisis se ven pequeñas a lo largo del tiempo. Con decirte que el mercado financiero tardó solo tres años en sobreponerse a hitos como la crisis subprime del 2008 o la Segunda Guerra Mundial. Del coronavirus, un año.

La recomendación es que aguantes con tu inversión ya sea con pérdidas de corto plazo o crisis, porque la diversificación permite que tus fondos aprovechen ese repunte y evolución constante del mercado. Elige bien el riesgo que se ajusta a tu perfil y la meta que buscas. Teniendo esa base, deja tu plata tranquila y que los expertos trabajen por ti.

Si el tema te interesó lo suficiente para seguir leyendo, el Departamento de Fantasía, Creatividad y Cosas Mágicas de Clever elaboró otro post para explicar lo mismo, pero con un relato de ficción basado en hechos reales.

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"Infórmese de las características esenciales de la inversión en este fondo mutuo, las que se encuentran contenidas en su reglamento interno y contrato de suscripción de cuotas"

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